Si he realizado obras de mejora sin modificar la oferta asistencial, ¿debo declararlo en la renovación?
Esta es una de las dudas más frecuentes y críticas a la que se enfrentan los titulares de centros sanitarios en la Comunidad de Madrid. Has invertido tiempo y recursos en mejorar tu clínica, tal vez para ofrecer un mayor confort a tus pacientes o para optimizar el espacio de trabajo. Sin embargo, no has añadido nuevos servicios ni has cambiado la tipología de tu centro. Ahora, con la fecha de renovación de tu autorización sanitaria en el horizonte, te asalta la pregunta: ¿es necesario comunicar estas obras a la Consejería de Sanidad?
La respuesta corta es: muy probablemente, sí. Pero la clave no reside en si ha cambiado o no tu oferta asistencial, sino en la naturaleza de la propia obra y cómo afecta a las condiciones con las que obtuviste tu licencia original. En este artículo, vamos a desgranar la normativa madrileña para que entiendas qué debes hacer, por qué es importante y cómo puedes evitar problemas futuros.
La Distinción Fundamental: Modificación Sustancial vs. No Sustancial
Para la Administración Sanitaria, no todas las obras son iguales. La normativa de la Comunidad de Madrid, principalmente el Decreto 51/2006, establece una diferencia clara entre dos tipos de modificaciones en un centro sanitario. Entender esta diferencia es el primer paso para actuar correctamente.
- Modificación Sustancial: Se considera sustancial cualquier cambio que afecta a la estructura, titularidad, oferta asistencial o a las Unidades Asistenciales (UA) que componen el centro. Por ejemplo: añadir una nueva consulta, cambiar la ubicación del área de esterilización, ampliar la superficie del centro o empezar a ofrecer un servicio que antes no tenías. Estas modificaciones requieren una autorización de modificación específica, que es un trámite independiente de la renovación.
- Modificación No Sustancial: Son aquellos cambios menores que no alteran los aspectos fundamentales de la autorización original. Aquí es donde surgen las dudas. ¿Qué es exactamente un cambio menor? Generalmente, se refiere a obras de conservación o mantenimiento, como pintar o cambiar el solado por uno de características similares.
El problema es que muchas obras de mejora, aunque no alteren los servicios prestados, sí pueden ser consideradas modificaciones sustanciales si implican cambios en la distribución o en las instalaciones. Por ejemplo, tirar un tabique para unir dos despachos.
¿Cuándo una Obra de Mejora se Convierte en una Modificación a Declarar?
La línea que separa una simple mejora de una modificación declarable puede ser muy fina. La clave está en los planos y la memoria técnica que presentaste para obtener tu autorización inicial. La licencia se te concedió para un espacio con una distribución, unas superficies y unas instalaciones concretas. Cualquier alteración de ese diseño original debe ser evaluada.
Aquí tienes algunos ejemplos prácticos para ilustrarlo:
- Caso 1: Cambio de pavimento y pintura. Has decidido modernizar tu clínica cambiando el suelo y pintando las paredes con otros colores. En principio, esto se considera mantenimiento. No altera la distribución ni las condiciones de seguridad o higiene. Normalmente, no requeriría una comunicación específica, ya que no modifica la estructura.
- Caso 2: Unir dos salas pequeñas. Tienes dos consultas pequeñas y decides tirar el tabique que las separa para crear una sala de tratamiento más amplia y diáfana. Aunque sigues ofreciendo el mismo servicio, has modificado la distribución y la superficie de una de las áreas del centro. Esto es una modificación estructural y sí debes declararla. Los planos actuales de tu centro ya no coinciden con los que tiene la Consejería.
- Caso 3: Reforma de los aseos. Vas a renovar completamente los aseos, cambiando la ubicación del inodoro y el lavabo. Esto implica una modificación de las instalaciones de fontanería y saneamiento. Por lo tanto, también es una modificación que debe ser comunicada y autorizada.
La regla general es: si la obra ha modificado la distribución, la superficie de alguna estancia o las instalaciones (electricidad, fontanería, climatización) reflejadas en tus planos originales, debes comunicarlo.